Urge al Gobierno a Fortalecer Negociaciones con la UE Ante Nuevas Regulaciones Ambientales
El consultor Pablo Maluenda destaca la necesidad de que Paraguay refuerce sus negociaciones comerciales con la UE para enfrentar el Reglamento 1115, que afectará la exportación de productos agrícolas desde 2025.

A partir de enero de 2025, entrará en vigor el Reglamento 1115 de la Unión Europea, una normativa que impactará directamente en las exportaciones de productos agrícolas, granos y carnes provenientes de Paraguay y otros países del Mercosur. En una entrevista con 5Días TV, Pablo Maluenda, consultor agrícola internacional, hizo un llamado al gobierno paraguayo para que fortalezca las negociaciones comerciales con la UE, con el fin de proteger los intereses del sector productivo nacional y asegurar un acceso competitivo a este mercado crucial.
Maluenda explicó que la Unión Europea siempre ha mantenido regulaciones estrictas en cuanto a la importación de alimentos, imponiendo barreras tanto arancelarias como no arancelarias que obligan a los países exportadores a adaptarse a sus normas. Estas regulaciones incluyen criterios relacionados con la sostenibilidad y, más recientemente, con la prevención de la deforestación, afectando a productos como carne, soja, madera, caucho, cacao y café.
“Para continuar exportando a la UE, no tenemos otra opción más que ajustarnos a sus reglas o negociar acuerdos que nos permitan competir en igualdad de condiciones”, afirmó Maluenda. Sin embargo, subrayó que estas negociaciones son prácticas comunes en el comercio internacional y son esenciales para superar las barreras comerciales que impone la UE.
Apoyo Gubernamental: Clave para el Éxito en las Negociaciones
El consultor destacó la necesidad de que el gobierno paraguayo asuma un rol proactivo en estas negociaciones, trabajando en conjunto con el sector productivo para asegurar que los productos nacionales mantengan su competitividad en los mercados internacionales. Según Maluenda, es crucial que las autoridades paraguayas intervengan activamente para proteger los intereses del país en estas discusiones.
“Es vital que las autoridades paraguayas estén involucradas en las conversaciones con la UE para garantizar que los productores locales puedan acceder a estos mercados en condiciones justas. De lo contrario, corremos el riesgo de perder terreno frente a otros competidores”, señaló Maluenda, enfatizando la importancia de una estrategia coordinada entre el gobierno y el sector exportador.
Impacto del Reglamento 1115 en Paraguay
El Reglamento 1115/2023 de la UE está diseñado para regular la comercialización de materias primas y productos asociados a la deforestación desde 2020 en adelante. Esta normativa afecta a una amplia gama de productos agrícolas, incluyendo la carne, soja, palma aceitera, cacao, café, madera y caucho, rubros clave para la economía de Paraguay.
Referentes del sector productivo ya han expresado su preocupación por las implicaciones de esta normativa en las exportaciones paraguayas. “Nuestro objetivo es mantener la competitividad en los mercados más exigentes y evitar cualquier regulación que pueda amenazar el desarrollo económico del país”, declaró Maluenda. Sin embargo, aseguró que existen alternativas en discusión para garantizar que Paraguay siga siendo un socio comercial atractivo para la UE sin comprometer su soberanía ni el desarrollo de su sector agrícola.
La Influencia del Clima en la Producción Sudamericana
Durante la entrevista, Maluenda también compartió su visión sobre los desafíos climáticos que enfrenta la producción agrícola en Sudamérica. Señaló que el año pasado, el fenómeno de El Niño trajo consigo lluvias abundantes que afectaron a varios cultivos en la región. Sin embargo, explicó que este año se prevé la llegada del fenómeno opuesto, La Niña, que podría traer meses más secos y dificultar la producción agrícola.
El consultor aclaró que rara vez se pasa de un año de El Niño a uno de La Niña de forma inmediata, ya que suele haber un período intermedio con condiciones climáticas más estables. “Este año parece ser uno de transición, con condiciones relativamente normales, aunque con algunas variaciones regionales”, detalló Maluenda.
A pesar de las fluctuaciones climáticas, el consultor se mostró optimista en cuanto a las expectativas de producción para Sudamérica, siempre y cuando no ocurra una sequía severa como la que afectó a Argentina el año pasado. “Si las condiciones climáticas se mantienen razonables, la producción agrícola en Sudamérica debería mantenerse fuerte. Pero siempre debemos estar preparados para posibles eventos extremos”, concluyó.